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sábado, 7 de noviembre de 2009

Para alcanzar la Paz se un Guerrero

El Guerrero de la Luz es quien está conquistando incesantemente su batalla interna, y por ello la Paz es para él. La Paz no es para el pacifista, ni para el soldado, ambos se encuentran en el campo de batalla encarando uno a otro como si fueran enemigos, cuando ven en realidad una misma sombra proyectada entre ellos... El Guerrero Interno tiene una espada de un solo filo, que corta de raíz todas sus magníficas fantasías de lucha externa, sus débiles apoyos, sus pensamientos inútiles; no desea ni reflejos brillantes ni oscuros, porque usa su percepción como un túnel, como una brecha entre los dos mundos para escaparse hacia el Misterio...

La Paz, ciertamente, no debe ser ni conquistada ni ganada, pero sí despojada de toda percepción de conflicto. Y eso, no se consigue ni con buenas acciones ni pretendiendo ser una persona muy espiritual. Las personas no pueden ser espirituales, sólo egos más sofisticados. La conciencia se sutiliza en la medida que reconoce su plena responsabilidad por el mundo. Es muy terrenal asumir un estado de paz que no hemos alcanzado, refinando nuestro ego con máximas espirituales, acallándolo con la moral del "maestro" que no discute porque se sabe mejor y asi se siente más benévolo que los demás. La Percepción se vence con el silencio, que es fruto de negar la capacidad para juzgar. El Silencio se conquista con actitud de combate. No se puede ser tímido a la hora de usar nuestros recursos energéticos para matar un dragón de mil cabezas. Ya es muy tarde si has percibido conflicto: está incluido en ti al reconocerlo!

La importancia personal es sólo una sombra, pero toma mil formas, y se esconderá tambien dentro de tu humildad, en tu honestidad. Por eso tus cualidades no bastan aunque sean suficientes. La tarea de abandonarse completamente no acaba nunca en el tiempo, y porque es ilimitada necesita Atención ilimitada que sólo te puede ser dada con los Recursos Ilimitados del Espíritu. Llama Su atención en vez de la tuya, y nunca te agotarás. No creas nunca que ya lo has logrado y el éxito estará asegurado. Acepta esta misión imposible y tu lanza será el perdón y tu única protección el milagro. Las únicas armas imbatibles porque no te defienden.

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