Déjame que te golpee. No hace falta que pongas la otra mejilla, con una vez basta. Eres imbécil; te lo he dicho incontables veces, no tienes porqué hacerlo por tu cuenta. Tu decepción es tu miseria. Tus argumentos una montaña de paja ante la llama de la Conciencia. ¿No crees? No crees porque nada te ha funcionado, eso es cierto, pero es que eres imbécil.
¿Crees que sabes quien soy porque me recuerdas? Sin embargo, cuando no nos recuerdes sabrás Quien Soy. No eres tan imbécil como para no olvidar todo todo lo que no te ha funcionado, y no volverlo a utilizar. Recuerda: si no te olvidas de todo eso, lo volverás a usar para no saber Quien eres.