La existencia es una manifestación de la negación de la Conciencia en algún nivel, o lo que es lo mismo, la experiencia de Dios en alguna dimensión de la Creación.
La Luz de Cristo se expresa en los 12 Rayos que manifiestan cada arquetipo, con funciones específicas en el Universo creativo. La integración de nuestro arquetipo es la conquista de la existencia (función o misión) al permitir que los Grandes Rayos refuljan plenamente sobre nuestra Conciencia. Sin embargo, lo que se nos pasa por alto a menudo, es que cada Haz de Luz debe conquistarse reconociendo la Sombra que se oculta en nuestro interior, que se proyecta en nuestro exterior. Cada Personalidad proyecta la sombra de su existencia, sobre la superficie de la mente.
Liberarse de la personalidad es reconocer que no hay nada personal en nosotros. Siquiera la sombra de la persona que humea en el espejo de nuestra mente.