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miércoles, 11 de marzo de 2009

Reflexión infinita



Al mirarme en ti
veo un espejo que muestra el reflejo
de mi imagen reflejada en ti
:

se Ve el Infinito



Reirse de Uno

No te doy la razón como a los locos porque estoy cuerdo
Y si te quito la razón pierdo la mía


los errores de los demás son un chiste de ti mismo,
si no te ries contigo, es porque necesitas otro guia...




"Para el ego lo caritativo, lo correcto y lo apropiado es señalarles a otros sus errores y tratar de "corregirlos". Esto tiene perfecto sentido para él porque no tiene idea de lo que son los errores ni de lo que es la corrección. Los errores pertenecen al ámbito del ego, y la corrección de los mismos estriba en el rechazo del ego. Cuando corriges a un hermano le estás diciendo que está equivocado. Puede que en ese momento lo que esté diciendo no tenga sentido, y es indudable que si está hablando desde su ego no lo tiene. Tu tarea, sin embargo, sigue siendo decirle que tiene razón. No tienes que decírselo verbalmente si está diciendo tonterías. Necesita corrección en otro nivel porque su error se encuentra en otro nivel. Sigue teniendo razón porque es un Hijo de Dios. Su ego, por otra parte, está siempre equivocado, no importa lo que diga o lo que haga.
Si le señalas a tu hermano los errores de su ego, tienes forzosamente que estar viendo a través del tuyo porque el Espíritu Santo no percibe sus errores. Esto tiene que ser verdad, toda vez que no existe comunicación entre el ego y el Espíritu. Lo que el ego está diciendo no tiene sentido, y el Espíritu no intenta comprender nada que proceda de él. Puesto que no lo entiende, tampoco lo juzga, pues sabe que nada que el ego haga tiene sentido.
Reaccionar ante cualquier error, por muy levemente que sea, significa que no se está escuchando al Espíritu Santo. Él simplemente pasa por alto todos los errores, y si tú les das importancia, es que no lo estás oyendo a Él. Si no lo oyes, es que estás escuchando al ego, y mostrándote tan insensato como el hermano cuyos errores percibes. Esto no puede ser corrección. Y como resultado de ello, no sólo se quedan sus errores sin corregir, sino que renuncias a la posibilidad de poder corregir los tuyos.
Cuando un hermano se comporta de forma demente sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él. Si percibes sus errores y los aceptas, estás aceptando los tuyos. Si quieres entregarle tus errores al Espíritu Santo, tienes que hacer lo mismo con los suyos. A menos que ésta se convierta en la única manera en que lidias con todos los errores, no podrás entender cómo se deshacen. ¿Qué diferencia hay entre esto y decirte que lo que enseñas es lo que aprendes? Tu hermano tiene tanta razón como tú, y si crees que está equivocado te estás condenando a ti mismo.
Tú no te puedes corregir a ti mismo. ¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente. Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente aceptarlo tal como es. Sus errores no proceden de la verdad que mora en él, y sólo lo que es verdad en él es verdad en ti. Sus errores no pueden cambiar esto, ni tener efecto alguno sobre la verdad que mora en ti. Percibir errores en alguien, y reaccionar ante ellos como si fueran reales, es hacer que sean reales para ti. No podrás evitar pagar las consecuencias de esto, no porque se te vaya a castigar, sino porque estarás siguiendo al guía equivocado, y, por lo tanto, te extraviarás."
Jesús, en UCDM

el sanador sanado




El sanador agradecido es un sanador sanado

reconoce que su mente es inalterable porque no puede cambiarse a si misma




"El sanador que no ha sanado desea la gratitud de sus hermanos, pero él no les está agradecido. Ello se debe a que cree que les está dando algo y que no está recibiendo algo igualmente deseable a cambio. Lo que enseña se ve limitado por lo poco que está aprendiendo. Su lección de curación se ve limitada por su propia ingratitud, que es una lección de enfermedad. El verdadero aprendizaje es constante, y tan vital en su poder de producir cambios que un Hijo de Dios puede reconocer su propio poder en un instante y cambiar el mundo en el siguiente. Ello se debe a que al cambiar de mentalidad, produce un cambio en el instrumento más poderoso que jamás se le haya dado para cambiar. Esto no contradice en modo alguno la inmutabilidad de la mente tal como Dios la creó, pero mientras sigas aprendiendo a través del ego creerás que has efectuado un cambio en ella. Esto te pone en una situación en la que tienes que aprender una lección aparentemente contradictoria: tienes que aprender a cambiar de mentalidad con respecto a tu mente. Sólo así puedes aprender que tu mente es inmutable."

alumno Feliz


al contrario que en el mundo,

las lecciones del Espíritu todo y ser cada vez más difíciles
son más fáciles de aprehender pues cada vez son más inclusivas


Duality show


De algún modo tod@s creemos, mientras nos mantenemos fluctuando entre las emociones que se derivan del miedo o el Amor que la estabilidad es algo indeseable, que nos va arrojar al tedio de la monotonía. Nos fascina el subeybaja hormonal. ¿Cómo si no vamos a vivir esas cosquillitas que se sienten en la barriga si no sufrimos de vez en cuando? Pero la verdad, nos cuentan los sabios y maestros ascendidos, es que se puede ser feliz todo el tiempo. Noo; ¿si? ¿Pero tendré que sacrificar la excitante sensación de luchar porque me amen? ¿pero cómo ganar en una experiencia sin perder en otra? ¿si siempre estuviéramos felices no sabríamos apreciar la felicidad? o el sufrimiento?

Este es el duality show en el que vivimos por creer que el equilibrio emocional no existe, y si fuera posible, la emoción de la vida se habría perdido. Y así es en cierto modo, aunque la emociones no se pierdan, sino que el significado de éstas se estabilizan en un sólo sentimiento. Y en la dicha de compartir esa experiencia homogénea, inmóvil, de un solo bloque, verdaderamente todo se vuelve excitante, incluso lo que antes nos quitaba la sensación de querer vivir, y que sólo se recobraba con el miedo de volver a perder