“A causa de esto damos Gracias a Dios sin cesar porque cuando habéis recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros, no la habéis recibido como palabra de los hombres pero tal como es en verdad, palabra de Dios que surte efecto en quienes creen...” – comprenden.
Para recibir la palabra de Dios, el sentido espiritual, es necesario sentir antes que razonar. En la Biblia esto se describe como recibir la palabra “en el corazón.” Es muy importante tener presente, que el desarrollo de la Consciencia espiritual genera una Gracia mayor para sentir la armonía del Ser. Ninguno de los sentidos ver, oír, gustar, tocar u oler nos revelan la verdad, la armonía espiritual, lo que indica que esta debe proceder de una facultad superior, la Intuición, que actúa a través del sentir. Por eso hasta ahora cuando nos sentábamos a Orar o a Meditar inmediatamente fluía un torrente incesante de palabras y pensamientos. Quizás solo afirmábamos la verdad o negábamos el error. Ahora es fácil comprender que todo esto es producido en el ámbito de la mente carnal, humana.
Cuando cultivamos el sentido espiritual nos hacemos receptivos a los pensamientos que surgen de nuestro interior. Aprendemos a escuchar la Verdad antes que a hablarla. Nos sintonizamos de tal modo con el Espíritu, que sentimos la armonía divina del Ser, la presencia Divina. Al transcender los cinco sentidos físicos, nuestra facultad Intuitiva asume su papel receptivo y responsivo a las cosas del Espíritu y comenzamos una nueva existencia, como resultado de nuestro renacimiento espiritual.
Por eso, hasta ahora solo nos habíamos ocupado con la palabra de Verdad, pero a partir de ahora solo con el Espíritu de Verdad. Ya no nos preocupa tanto lo que es la Verdad sino el sentir la Verdad. Esto se logra en la medida en que pensamos menos en la letra y damos más importancia al sentir, a la receptividad. Haciendo un paréntesis esta palabra “sentir” también se refiere a la Consciencia, al conocimiento, a un sentido de la Verdad. No hablamos ahora de la Verdad, sino que recibimos la Verdad y aquello que recibimos en el Silencio es expresado desde lo Alto con autoridad.
La sanación espiritual es el efecto natural de una conciencia iluminada por la Divinidad. Estamos iluminados solamente cuando somos receptivos y respondemos a la iluminación espiritual.
Estamos equivocados con respecto a la Inmortalidad, cuando pensamos que es la Inmortalidad de la personalidad humana o sentido personal. La muerte no es causa de la Inmortalidad, ni elimina el sentido personal; tampoco si la vida se extendiera indefinidamente garantizaría la Inmortalidad.
La Inmortalidad se hace realidad en la medida en que se transciende el sentido personal bien sea aquí o después de aquí. Al despojarnos del ego personal obtenemos la Consciencia de nuestro Ser real, nuestro Yo verdadero, la Consciencia Divina, alcanzando así la Inmortalidad. Esto puede lograrse aquí y ahora.
La muerte es el resultado de nuestro deseo de perpetuar lo falso, el sentido de lo material, del cuerpo y de la riqueza.
El primer paso para la realización de la Inmortalidad, es vivir desde el centro de nuestro ser proyectándonos generosamente desde allí antes que en acumular lo externo: Es el sentido de dar antes que el de recibir; el de Ser antes que el de obtener. En este nivel de Consciencia no hay condena, juicio, odio o temor; solo existe un sentimiento continuo de Amor y tolerancia.
No resulta nada fácil poder expresar la alegría y la Paz de la Inmortalidad, porque para quienes pretenden mantener sus ideas de sí mismos, la Inmortalidad les parecería la extinción de todo. Pero no es así; por el contrario, preserva eternamente lo que es real, fino, noble, armonioso, el donaire, el desprendimiento y la Paz. Es la realidad que surge a la Luz en lugar de la ilusión sensorial. Es el conocimiento consciente de la Infinitud Individual del Ser, que reemplaza al sentido finito de la existencia.
El egoísmo y la vanagloria desaparecen al tomar Consciencia de la Divinidad de nuestro ser.
Con esta comprensión se dan la paciencia y la tolerancia con aquellos que todavía se encuentran luchando en su Consciencia mortal, material. Es estar en mundo sin ser del mundo.
El Camino Infinito
Joel Goldsmith