Páginas

jueves, 4 de junio de 2009

sólo quiero tu Presencia

Yo, personalmente, necesitaba escribir. No porque tuviera cosas que decir o enseñar, sino porque necesita extenderme, expresar mi amor a la vez que negaba el mundo. No decirselo a nadie para que se lo tomara personalmente, y me tomara por un hombre. Y sobretodo, dejar de contenerlo todo en mi mente, evitar el peligro de explotar a solas, y después no poder reunirme contigo. Decirles sólo a los que son de un mismo sentir lo que siento. Sé que no hay que hacer nada concreto para lograr lo Absoluto, pero mientras soy consciente de mi cuerpo, necesitaba imprimirlo sobre él, indeleble.
Lo llaman tener una función, pero yo quiero que la función acabe. No tengo aún paciencia infinita para obtener resultados inmediatos.
Esta idea de amar no me deja dormir para descansar ni comer para alimentarme: sólo quiero tu Presencia. Me agoto, me vacío, lo lloro todo... es una situación imposible: las personas me parecen tan limitadas como la forma de relacionarse con ellas. Minúsculas, se me escapan entre los dedos, se esconden en los poros. No quieren. Siquiera quieren querer. Y yo, aún consciente de cada entidad, detesto su identidad. Es una situación imposible, no puedo hacer nada. Del todo imposible: si logro amarte en una forma, apareces en todas, y cuando te amo de todas las formas desapareces. Y aquí me siento, y me lo escribo para comprenderlo, y por no tener una voz propia, y ser todo eco para mi, no te oigo por más que escuche... Mis ojos están cansados de no ver nada.


Dime la verdad...

Dime la verdad...
tú, por qué estás aquí?

yo, aunque vine para ser una ilusión,
para ser una aparición momentánea,
aunque aún soy una figura vaporosa,
mientras asciendo
me llevo tus partículas conmigo.
No niego ser fugaz,
sólo quiero esta estela para ti

Di la verdad,
quieres venir...
tú, aunque viniste por equivocación
estás en lo cierto
en servir mientras recuerdas,
que en verdad, es tu propio fulgor
quien te eleva hacia ti mism@.

Trascendente?

Tus palabras son paja para el ojo, si no has trascendido la necesidad de los conceptos y las comparaciones que entrañan. Cuando has saltado a la otra orilla, el río no parece tan profundo, y la trascendencia es simple como un anillo. Clara como una lámpara. La espiritualidad desaparece de las cosas y personas especiales: Es común
Pescarás hombres, te reconocerán por tus frutos, porque no buscarás ni frutos ni reconocimiento.


Darte

Incluso creer que tienes algo que ofrecer a la vida, es ingenuo.
Sin embargo es verdad, la Vida que Eres Tú, es la única que da.
Dar y recibir suceden simultáneamente

Yo soy el que necesita dar todo
lo que tengo a los pobres.
Ellos no me necesitan,
porque estarán siempre aquí


por tu Fe

Por tu Fe me has Sanado


No importa, nos vamos juntos

No me importa lo que hayas dicho
no importa lo que hayas hecho
no importa lo que hayas pensado
no importa porqué hayas venido:
nos vamos juntos


perder la razón

Si vine aquí por querer tener la razón
para irme he de estar totalmente equivocado.

Es el único modo que haga
que la equivocación de haber venido aquí
no haya sido un error


Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino

Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de apariencia, aunque si sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos. Y aquellos que caminan por el mundo con la misma actitud que tú reconocen en ti a alguien semejante a ellos. No obstante, los que aún no han percibido el camino también te reconocerán y creerán que eres como ellos, tal como una vez lo fuiste.

El mundo es una ilusión. Aquellos que eligen venir a él andan buscando un lugar donde poder ser ilusiones y así escapar su propia realidad. Mas cuando se dan cuenta de que su realidad se encuentra incluso aquí, entonces se hacen a un lado y dejan que ésta les muestre el camino. ¿Que otra alternativa tienen realmente? Dejar que las ilusiones vayan delante de la verdad es una locura. Mas dejar que las ilusiones se rezaguen detrás de la verdad y que ésta se alce como lo que es, es simplemente muestra de cordura.

Ésta es la sencilla elección que hoy llevaremos a cabo. La demente ilusión permanecerá de manifiesto por un tiempo para ser contemplada por aquellos que eligieron venir y que aún no han experimentado el regocijo de descubrir que se equivocaron al decidir. Ellos no pueden aprender directamente de la verdad, puesto que la han negado. Y así, tienen necesidad de un Maestro que pueda percibir su demencia, pero que pueda ver también más allá de la ilusión la simple verdad que mora en ellos.

Si la verdad exigiese que renunciasen al mundo, les parecería como si se les estuviese pidiendo que sacrificasen algo que es real. Muchos han elegido renunciar al mundo cuando todavía creían que era real. y como resultado de ello se han visto abatidos por una sensación de pérdida, y, consecuentemente, no se han liberado. Otros no han elegido otra cosa que el mundo, y su sensación de pérdida ha sido aún mayor, lo cual no han sido capaces de entender.

Entre estas dos sendas hay un camino que conduce más allá de cualquier clase de pérdida, pues tanto el sacrificio como la privación se abandonan de inmediato. Éste es el camino que se te pide recorrer ahora. Caminas por esta senda tal como otros lo hacen, mas no pareces ser distinto de ellos, aunque ciertamente lo eres. Por lo tanto, puedes ayudarlos al mismo tiempo que te ayudas a ti mismo, y encauzar sus pasos por el camino que Dios ha despejado para ti y para ellos, a través de ti.

La ilusión aún parece estar ceñida a ti, a fin de que puedas comunicarte con ellos. Sin embargo, ha retrocedido. Y no es de ilusiones de lo que te oyen hablar, ni son ilusiones lo que les presentas para que sus ojos las vean y sus mentes las entiendan. La verdad, que va delante de ti, tampoco puede hablarles a través de ilusiones, pues este camino conduce ahora más allá de la ilusión, y mientras sigues adelante los llamas para que te sigan.

Todos los caminos conducen finalmente a éste. Pues el sacrificio y la privación son sendas que no llevan a ninguna parte, decisiones que conducen al fracaso, así como metas que jamás se Todo esto retrocede a medida que la verdad se podrán alcanzan alza en ti para que conduzcas a tus hermanos lejos de los caminos de la muerte y los encamines por la senda de la felicidad. Su sufrimiento es pura ilusión. Sin embargo, necesitan un guía que los ayude a escapar de ella, pues confunden las ilusiones con la verdad.

Tal es la llamada de la salvación. Te pide que aceptes la verdad y permitas que vaya delante de ti alumbrando la senda que te rescata de lo ilusorio. No se trata de un rescate que tiene un precio, pues no cuesta nada. Al contrario, sólo te aporta ganancias. Las ilusiones tan sólo dan la impresión de mantener al santo Hijo de Dios encadenado. Es únicamente de las ilusiones de lo que se le salva. A medida que éstas retroceden, él se vuelve a encontrar a sí mismo.

Camina seguro ahora, pero con cuidado, ya que esta senda es nueva para ti. Puede que descubras que aún te sientes tentado de ir delante de la verdad y de dejar que las ilusiones sean tu guía. Se te dieron tus santos hermanos para que siguiesen tus pasos conforme tú caminas seguro de tu propósito hacia la verdad. Esta va delante de ti ahora, para que ellos puedan ver algo con lo que poder identificarse, algo que entiendan que les señale el camino.

Al final de la jornada, no obstante, no habrá brecha ni distancia alguna entre la verdad y tú. y todas las ilusiones que marchaban por el mismo camino que tú recorres se alejarán de ti, y no quedará nada que mantenga a la verdad separada de la compleción de Dios, la cual es tan santa como Él Mismo. Hazte a un lado con fe y deja que la verdad te muestre el camino. No sabes adónde vas. pero Uno que sabe te acompaña. Deja que Él te guíe junto con los demás.

Cuando los sueños se hayan acabado, cuando el tiempo haya cerrado sus puertas a todo lo pasajero y los milagros ya no tengan objeto, el Hijo de Dios no emprenderá más jornadas. Ya no tendrá ningún deseo de ser una ilusión en vez de la verdad. Hacia esto es hacia lo que nos encaminamos, a medida que seguimos adelante por el camino que la verdad nos señala. Ésta es nuestra jornada final la cual llevamos a cabo por todos. No perdamos el rumbo. Pues así como la verdad va delante de nosotros, también va delante de los hermanos que nos seguirán.

Nos encaminamos hacia Dios. Haz una pausa y reflexiona sobre esto: ¿Qué camino podría ser más santo, más merecedor de tus esfuerzos, de tu amor y de tu absoluta dedicación? ¿Que camino podría darte más de lo que es todo, u ofrecerte menos y aún así satisfacer al santo Hijo de Dios? nos encaminamos hacia Dios. La verdad que va delante de nosotros es una con Él ahora, y nos conduce allí donde Él siempre ha estado. ¿Que otro camino sino éste podría ser una senda que quisieses elegir?

Tus pies ya están firmemente asentados en el camino que conduce al mundo hasta Dios. No busques otros caminos que parezcan llevar a otra parte. Los sueños no son guías dignos de ti que eres el Hijo de Dios. No olvides que Él te ha tomado de la mano, y te ha dado tus hermanos con la confianza de que eres merecedor de la Confianza que Él ha depositado en ti. Él no puede ser engañado. Su Confianza ha hecho que tu trayectoria sea indudable y tu meta segura. No les fallarás a tus hermanos ni a tu Ser.

Y ahora sólo te pide que pienses en Él por un rato cada día, para que pueda dialogar contigo y hablarte de Su Amor, recordándote cuán grande es Su Confianza, cuán infinito Su Amor. En tu nombre y en el Suyo, que son el mismo, gustosamente practicamos con este pensamiento:

Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino, pues deseo recorrer el camino que me conduce hasta Él.

Jesús en UCDM

Tú no estás lejos del Reino de Dios

Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?".
Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos". El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.



La fuerza del alma está en sus poderes, sus pasiones y sus facultades. Si la voluntad las dirige hacia Dios y las mantiene alejadas de todo lo que no es Dios, el alma guarda toda su fuerza para Dios; ama verdaderamente tanto como puede que es como el mismo Señor lo manda
Buscarse a sí mismo en Dios es buscar las dulzuras y las consolaciones de Dios, y esto es contrario al puro amor de Dios. Es un gran mal tener presente los bienes de Dios más que a Dios mismo, la oración y el despojo.

Hay muchos que buscan en Dios sus consuelos y sus gustos, y desean que su Majestad los llene de sus favores y sus dones; pero el número de los que pretenden complacerle y darle alguna cosa en detrimento de ellos mismos, menospreciando su propio interés, es muy pequeño.
Hay muy pocos hombres espirituales, incluso entre los que uno piensa que están muy adelante en la virtud, que consiguen una perfecta determinación para el bien. Jamás llegan a renunciarse enteramente sobre algún punto del espíritu del mundo o de naturaleza, ni a menospreciar lo que se dirá o se pensará de ellos, cuando se trata de cumplir por puro amor a Jesucristo las obras de perfección y de desprendimiento...

El que no quiere sino a Dios sólo, no anda en tinieblas, por pobre y privado de luz que pueda ser a sus propios ojos...
El alma que en medio de las sequedades y abandonos conserva siempre su atención y su solicitud en servir a Dios, podrá sentir pena y temor de no llegar al fin; pero, en realidad, ofrecerá a Dios un sacrificio de un muy agradable olor

San Juan de la Cruz