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sábado, 19 de junio de 2010

Los Maestros de los ultimos dias

Ha llegado la hora en la tierra de que maduren y emerjan individuos con rangos de conciencia de la mente genuinamente expandidos. Históricamente, los  seres humanos han descrito a estos individuos como maestros, avatares, adeptos, iniciados e incluso como  salvadores o dioses-hombre. La evolución acelerada (o tambien revolución) de la mente que está ocurriendo ahora en el planeta, involucra la metamorfosis de los que se podrían denominar "Los Maestros de Los Ultimos Días".

Ahora escúchame cuidadosamente, pues estamos a punto de dar un paso crucial. Es absolutamnete nesesario que, como ser humano, consideres seriamente la posibilidad de que el conocimiento se puede obtener mediante un proceso transformativo real de la mente. El que hayas progresado lo suficiente en tu búsqueda de una identidad del ser como para leer este artículo es una excelentísima señal que has tomado (o estas a punto de tomar) este paso, al menos intelectualmente. Mi afirmación, con absoluta certeza, que la naturaleza misma de mi pensamiento conceptual es diferente a la de lo que aquí en la tierra se denomina como "un ser humano", o sea la personalidad egotista, tendrá algo que te inquietará muchísimo. En verdad, soy muy conciente de la desconfianza, la burla, la sospecha, e incluso preocupación que puede acompañar la noción del surgimiento de la denominada supra-conciencia verdadera, o de una que se concibe a si misma desde un estado de conciencia expandido. Por el contrario, desde mi estado mental despierto, la idea que las enseñanzas de la verdad única, de la plenitud indivisible o la Divinidad o un orden universal absoluto logrado mediante un proceso de no-juicio, indefensión, perdón y amor sea considerado por la mente humana común como una amenaza a su existencia de la cual se tiene que defender es una lamentable ridiculez y, obviamente, la demencia total.

De hecho, en la estructura de espacio/tiempo, no soy más que una versión reciente de un modelo conciente de unidad que se volverá y se volvió algo muy común; un comunicador de verdad, luz, amor y armonía para las concepciones del yo temerosas y caóticas que constituyen la tierra. He recordado que soy una parte íntegra del estado natural del universo, que es total y eternamente creativo sin posibilidad alguna de separación u oposición. No es casualidad que el modelo original de todos los Maestros De Maestros de la transformación individual a Hombre Espiritual, a Hijo de Dios, o Dios-Humanidad es el Hermano Maestro Jesucristo de Nazaret. No solo es él el modelo sino que, ciertamente, su Sermón del Monte (Mateo 5) es el catecismo original del método a usarse para ocasionar una transformación de la mente y el cuerpo de toda conciencia aparentemente separada y llevarla a la concepción verdadera del ser como una verdad única universal. Obviamente el único método de salvación que por siempre pudieras necesitar es la práctica de “no resistas al mal”. Esto debe conducir a un perdón totalmente incalificable que es, finalmente, el simple reconocimiento que nada real puede ser amenazado jamás, ni podría estar separado de todo, que es lo que es Dios y la verdad.

Si es cierto entonces, que este tipo de conocimiento de una identidad singular, que es felicidad eterna y paz, solo se puede lograr a través de una maduración espiritual o transformación de la mente, ¿de quién es la mente que tiene que cambiar? Y ahora escúchame. Te digo con una certeza absoluta que la conciencia individual que finalmente trajo y traerá felicidad eterna, paz y amor a la humanidad es y fue la tuya. Nunca pudo haber ocurrido de otra manera. Como uno de estos Maestros de los Ultimos Días, estoy totalmente seguro de tu Hermandad y Salvadorazgo Divino. Como maestro de tus pensamientos, eres, literalmente, el Maestro del Mundo. El mundo solo puede salvarse de la ilusión del miedo y la aniquilación a través de tu resurrección de la mente.

Master Teacher de ACIMI

Una receta sin fórmulas

Entrevista realizada por Victor-M.Amela a Ghislaine Lanctot, ex médica y autora del libro "La mafia médica", en el que cuestiona el sistema médico actual.

Nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.

Estoy griposo, ¿qué me receta?
–Nada.

¿Ni un poquito de Frenadol?
-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.

Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!

¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”. Pues sí, como todos...
–Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...

¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.

Pero nadie desea una enfermedad...
–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!

Quizá sea más práctica una pastillita...
–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.

No me dirá ahora que la medicina mata...
–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.

Morirían igual sin medicamentos, oiga.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.

¿Medicina de enfermedad? Acláremelo...
–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.

Prefiere medicinas alternativas, pues...
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!) acupuntura,fitoterapia,reflexoterapia, masoterapia...la practica del yoga..la meditacion .. Son más baratas...
y menos peligrosas.

Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?

Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...
¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!

Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...

Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.

Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?

Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!

Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...

¿Por qué abominó usted de la medicina?
–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.

O sea, ya no puede usted recetar...
–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!

¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?
–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!

No escoge usted enemigos pequeños...
–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.

¿Cuál ha sido su última enfermedad?
–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!

Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?
–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!

Pero se pasa mal, ¿eh...?
–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Dios esta en ti!