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lunes, 9 de marzo de 2009

Bajo el Principio de Corrección


Al pedir Corrección (perdón) la percepción que estás experimentando se deshace. Aquello que estás percibiendo te transforma, el pensamiento que emergía de tu mente se transmuta dentro de ella y modifica todo lo que comparte, el contexto se reformula.

Y si alguien te había pedido ayuda, sufre dentro de ti su propia metamorfosis, porque bajo el Principio de Correccíon tú eres el único que es Corregido

Lo sé porque estás conmigo

Se que estoy despertando porque ya elijo siempre no sufrir. Porque aunque quiza la voz del ego hable primero, la Voz de Dios dice la Ultima Palabra y la silencia de nuevo para siempre.

Se que estoy despertando porque os veo despiertos, porque si me olvido que compartimos una Sola Mente os recuerdo y se que decís solo la verdad. se q estoy despertando porq es la ultima vez en todo lo q veo, porque cada circunstancia me libera del tiempo de haberla vivido, quedando solo el recuerdo de un instante de Gratitud que se funde con el siguiente, porque alli estas tu esperandome con la paciencia infinita q es fruto del amor de reUnirnos para regresar juntos.

Se q estoy despertando porque no quiero nada para mi, siquiera yo mismo; porque recibo instantáneamente lo que he dado, porque no hay tiempo entre darme y recibirte. Porque estas conmigo, y se que no me vas a dejar solo: has regresado por mi y yo solo debo seguirte con la confianza plena de no saber nada, porque tu sabes en quien confiar. Lo se, y esta vez no se me va a olvidar, porque Tu estas conmigo para recordármelo incesantemente con tu presencia

Lo esencial es renovarse

La lección que comprendí ayer, ya no me sirve hoy. Lo que me es útil hoy ya no me servirá mañana. Esto me fuerza a estar continuamente bajo el umbral del Principio de Corrección, bajo la tutela del Espíritu, pues en el tiempo no hay nada seguro, ningún establecimiento puede ofrecerme el entendimiento necesario que requiero ahora.

Al finalizar cada ciclo, al cerrar cada secuencia, al acabarse el dia, todo empieza completamente de nuevo. Ninguna memoria puede ayudarme a Recordar. Mi salvación radica en no saber quien soy, en haberme olvidado de ti. en no saber como proceder, en tener que pedir ayuda para actuar impecablemente. en poder volver a empezar de nuevo en un viaje temporal donde todo es antiguo y obsoleto despues de un minuto, donde lo que nació hace un año es tan viejo como lo que vivió hace cien...
La única oportunidad que tengo es volver a los fundamentos que eliminan cualquier significado que le haya atribuido a mi percepción, y así liberarme de la memoria oxidada de mi vida. Porque lo más fundamental es lo más trascendente, lo esencial lo más elevado



(1) Nada de lo que veo significa nada.
La razón de que esto sea así es que veo lo que no es nada y lo que no es nada no tiene significado. Es necesario que reconozca esto, para poder aprender a ver. Lo que ahora creo ver ocupa el lugar de la visión. Tengo que desprenderme de ello dándome cuenta de que no significa nada, para que de este modo la visión pueda ocupar el lugar que le corresponde.
(2) Le he dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para mi.
He juzgado todo lo que veo, y eso, y sólo eso, es lo que veo. Eso no es visión. Es meramente una ilusión de realidad porque he juzgado sin tomar en cuenta la realidad. Estoy dispuesto a reconocer la falta de validez de mis juicios porque quiero ver. Mis juicios me han hecho daño, y no quiero ver basándome en ellos.
(3) No entiendo nada de lo que veo.
¿Cómo puedo entender lo que veo si lo he juzgado erróneamente? Lo que veo es la proyección de mis propios errores de pensamiento. No entiendo lo que veo porque no es comprensible. No tiene sentido tratar de entenderlo. Pero si tiene sentido que me desprenda de ello y dé cabida a lo que se puede ver, entender y amar. Puedo intercambiar lo que ahora veo por esto, sólo con estar dispuesto a ello. ¿No es ésta una mejor elección que la que hice antes?
(4) Estos pensamientos no significan nada.
Los pensamientos de los que soy consciente no significan nada porque estoy tratando de pensar sin Dios. Lo que yo llamo "mis" pensamientos no son mis pensamientos reales en absoluto. Mis pensamientos reales son los pensamientos que pienso con Dios. No soy consciente de ellos porque he inventado mis pensamientos para que ocupasen su lugar. Estoy dispuesto a reconocer que mis pensamientos no significan nada y a abandonarlos. Elijo reemplazarlos por los que ellos tuvieron como propósito reemplazar. Mis pensamientos no significan nada, sin embargo, toda la creación descansa en los pensamientos que pienso con Dios.
(5) Nunca estoy disgustado por la razón que creo.
Nunca estoy disgustado por la razón que creo porque estoy tratando constantemente de justificar mis pensamientos. Estoy tratando constantemente de hacer que sean verdad. Hago de todas las cosas mi enemigo de modo que mi ira esté justificada y mis ataques sean merecidos. No me he dado cuenta del mal uso que he hecho de todo lo que veo asignándole ese papel. He hecho esto para defender un sistema de pensamiento que me ha hecho daño y que ya no deseo. Estoy dispuesto a abandonarlo.
(6) Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.
La realidad no es nunca atemorizante. Es imposible que pudiese disgustarme. La realidad sólo brinda perfecta paz. Cuando estoy disgustado es porque he reemplazado la realidad con ilusiones que yo mismo he fabricado. Las ilusiones me causan disgusto porque al haberles conferido realidad, veo la realidad como una ilusión. Nada en la creación de Dios se ve afectado en modo alguno por mi confusión. Siempre estoy disgustado por nada.
(7) Sólo veo el pasado.
Cuando miro a mi alrededor, condeno el mundo que veo. A eso es a lo que yo llamo ver. Uso el pasado en contra de todo el mundo y de todas las cosas, convirtiéndolos así en mis enemigos. Cuando me haya perdonado a mi mismo y haya recordado Quién soy, bendeciré a todo el mundo y a todo cuanto vea. No habrá pasado, y, por lo tanto, tampoco enemigos. Y contemplaré con amor todo aquello que antes no podía ver.
(8) Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado.
Veo únicamente mis propios pensamientos, y mi mente está absorbida con el pasado. ¿Qué es lo que puedo ver, entonces, tal como es? Permítaseme recordar que me fijo en el pasado para prevenir que el presente alboree en mi mente. Permítaseme entender que estoy tratando de usar el tiempo en contra de Dios. Permítaseme aprender a dejar atrás el pasado, dándome cuenta de que al hacer eso no estoy renunciando a nada.
(9) No veo nada tal como es ahora.
Si no veo nada tal como es ahora, ciertamente se puede decir que no veo nada. Solamente puedo ver lo que está aquí ahora. La elección no es entre si ver el pasado o el presente; la elección es sencillamente entre ver o no ver. Lo que he elegido ver me ha costado la visión. Ahora quiero elegir de nuevo, para poder ver.
(10) Mis pensamientos no significan nada.
No tengo pensamientos privados. Sin embargo, es únicamente de mis pensamientos privados de los que soy consciente. ¿Que significado pueden tener dichos pensamientos? No existen, de modo que no significan nada. No obstante, mi mente es parte de la creación y parte de su Creador. ¿No sería acaso preferible que me uniese al pensamiento del universo en vez de obscurecer todo aquello que realmente me pertenece con mis míseros e insignificantes pensamientos "privados"?
(11) Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.
Dado que los pensamientos de que soy consciente no significan nada, el mundo que los refleja no puede tener significado. Lo que da lugar a este mundo es algo demente, como lo es también el resultado de ello. La realidad no es demente, y yo tengo pensamientos reales así como dementes. Por lo tanto, puedo ver un mundo real, si recurro a mis pensamientos reales como guía para ver.
(12) Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.
Los pensamientos dementes perturban. Dan lugar a un mundo en el que no hay orden de ninguna clase. Sólo el caos puede regir en un mundo que representa una manera de pensar caótica, y el caos es la ausencia total de leyes. No puedo vivir en paz en un mundo así. Estoy agradecido de que este mundo no sea real, y de que no necesito verlo en absoluto, a menos que yo mismo elija otorgarle valor. Elijo no otorgarle valor a lo que es completamente demente y no tiene significado.
(13) Un mundo sin significado engendra temor.
Lo que es totalmente demente engendra temor porque no se puede contar con ello en absoluto, ni da pie a que se le tenga confianza. En la demencia no hay nada en lo que se pueda confiar. No ofrece seguridad ni esperanza. Pero un mundo así no es real. Le he conferido la ilusión de realidad y he sufrido por haber creído en él. Elijo ahora dejar de creer en él y depositar mi confianza en la realidad. Al elegir esto, me escaparé de todos los efectos del mundo del miedo porque estaré reconociendo que no existe.
(14) Dios no creó un mundo sin significado.
¿Cómo puede ser que exista un mundo sin significado si Dios no lo creó? Él es la Fuente de todo significado y todo lo que es real está en Su Mente. Está en mi mente también porque Él lo creó conmigo. ¿Por qué he de seguir sufriendo por los efectos de mis pensamientos dementes cuando la perfección de la creación es mi hogar? Quiero recordar el poder de mi decisión y reconocer mi verdadera morada.
(15) Mis pensamientos son imágenes que yo mismo he fabricado.
Todo lo que veo refleja mis pensamientos. Son mis pensamientos los que me dicen dónde estoy y lo que Soy. El hecho de que vea un mundo en el que hay sufrimiento, en el que se puedan experimentar pérdidas y en el que se pueda morir, me muestra que lo único que estoy viendo es la representación de mis pensamientos dementes, y que no estoy permitiendo que mis pensamientos reales viertan su benéfica luz sobre lo que veo. No obstante, el camino de Dios es seguro. Las imágenes que he fabricado no pueden prevalecer contra Él porque no es mi voluntad que lo hagan. Mi voluntad es la Suya, y no antepondré otros Dioses a Él.
(16) No tengo pensamientos neutros.
Tener pensamientos neutros es imposible porque todos los pensamientos tienen poder. O bien dan lugar a un mundo falso o bien me conducen al mundo real. Pero es imposible que no tengan efectos. Del mismo modo en que el mundo que veo procede de mis errores de pensamiento, así también el mundo real se alzará ante mis ojos cuando permita que mis errores sean corregidos. Mis pensamientos no pueden ser simultáneamente verdaderos y falsos. Tienen que ser lo uno o lo otro. Lo que veo me muestra si son verdaderos o falsos.
(17) No veo cosas neutras.
Lo que veo da testimonio de lo que pienso. Si no pensase no existiría, ya que la vida es pensamiento. Permítaseme mirar al mundo que veo como la representación de mi propio estado de ánimo. Sé que éste puede cambiar. Y sé asimismo que el mundo que veo puede cambiar también.
(18) No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver.
Si no tengo pensamientos privados, no puedo ver un mundo privado. Incluso la descabellada idea de la separación tuvo que compartirse antes de que se pudiese convertir en la base del mundo que veo. Sin embargo, cuando se compartió esa idea no se compartió nada. Puedo invocar también mis pensamientos reales, los cuales comparto con todo el mundo. Así como mis pensamientos de separación invocan pensamientos de separación en otros, mis pensamientos reales despiertan en ellos sus pensamientos reales. Y el mundo que mis pensamientos reales me muestran alboreará en su visión así como en la mía.
(19) No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos.
No soy el único en nada. Todo lo que pienso, digo o hago es una enseñanza para todo el universo. Un Hijo de Dios no puede pensar, hablar o actuar en vano. No puede ser el único en nada. Tengo, por lo tanto, el poder de cambiar a todas las mentes junto con la mía porque mío es el poder de Dios.
(20) Estoy decidido a ver.
Puesto que reconozco que la naturaleza de mis pensamientos es que los comparto con todo lo que existe, estoy decidido a ver. Veré los testigos que me muestran que la manera de pensar del mundo ha cambiado. Veré la prueba de que lo que se ha obrado por mediación mía ha permitido que el amor reemplace al miedo, la risa a las lágrimas y la abundancia a las perdidas. Quiero contemplar el mundo real, y dejar que me enseñe que mi voluntad y la Voluntad de Dios son una.
(21) Estoy decidido a ver las cosas de otra manera.
Lo que ahora veo no son sino signos de enfermedad, desastre y muerte. Esto no puede ser lo que Dios creó para Su Hijo bien amado. El hecho en sí de que vea tales cosas demuestra que no entiendo a Dios. Por lo tanto, tampoco entiendo a Su Hijo. Lo que veo me muestra que no sé quién soy. Estoy decidido a ver los testigos de la verdad en mi, en vez de aquellos que me muestran una ilusión de mi mismo.
(22) Lo que veo es una forma de venganza.
El mundo que veo no es en modo alguno la representación de pensamientos amorosos. Es un cuadro en el que todo se ve atacado por todo. Es cualquier cosa menos un reflejo del Amor de Dios y del amor de Su Hijo. Son mis propios pensamientos de ataque los que dan lugar a este cuadro. Mis pensamientos amorosos me librarán de esta percepción del mundo y me brindarán la paz que Dios dispuso que yo tuviese.
(23) Puedo escaparme de este mundo renunciando a los pensamientos de ataque.
En esto, y sólo en esto, radica la salvación. Si no albergase pensamientos de ataque no podría ver un mundo de ataque. A medida que el perdón permita que el amor retorne a mi conciencia, veré un mundo de paz, seguridad y dicha. Y esto es lo que elijo ver, en lugar de lo que ahora contemplo.
(24) No percibo lo que más me conviene.
¿Cómo podría reconocer lo que más me conviene si no sé quién Soy? Lo que yo creo que más me convendría no haría sino atarme aún más al mundo de las ilusiones. Estoy dispuesto a seguir al Guía que Dios me ha dado para descubrir qué es lo que más me conviene, reconociendo que no puedo percibirlo por mi cuenta.
(25) No sé cuál es el propósito de nada.
Para mi, el propósito de todas las cosas es probar que las ilusiones que abrigo con respecto a mi mismo son reales. Para eso es para lo que trato de usar a todo el mundo y todas las cosas. Para eso es para lo que creo que es el mundo. Por lo tanto, no reconozco su verdadero propósito. El propósito que le he asignado ha dado lugar a una imagen aterradora del mismo. Quiero que mi mente se vuelva receptiva al verdadero propósito del mundo renunciando al que le he asignado, y descubrir la verdad acerca de él.
(26) Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad.
¿Cómo puedo saber quién soy cuando creo estar sometido a continuos ataques? El dolor, la enfermedad, la pérdida, la vejez y la muerte parecen acecharme. Todas mis esperanzas, aspiraciones y planes parecen estar a merced de un mundo que no puedo controlar. Sin embargo, la seguridad perfecta y la plena realización constituyen mi verdadera herencia. He tratado de despojarme de mi herencia a cambio del mundo que veo. Pero Dios la ha salvaguardado para mi. Mis pensamientos reales me enseñarán lo que es mi herencia.
(27) Por encima de todo quiero ver.
Al reconocer que lo que veo es un reflejo de lo que creo ser, me doy cuenta de que mi mayor necesidad es la visión. El mundo que veo da testimonio de cuán temerosa es la naturaleza de la imagen que he forjado de mi mismo. Si he de recordar quién soy, es esencial que abandone esta imagen de mi mismo. A medida que dicha imagen sea reemplazada por la verdad, se me concederá la visión. Y con esta visión contemplaré al mundo y a mi mismo con caridad y con amor.
(28) Por encima de todo quiero ver de otra manera.
El mundo que veo mantiene en vigor la temerosa imagen que he forjado de mi mismo y garantiza su continuidad. Mientras siga viendo el mundo tal como lo veo ahora, la verdad no podrá alborear en mi conciencia. Dejaré que la puerta que se encuentra detrás de este mundo se abra, para así poder mirar más allá de él al mundo que refleja el Amor de Dios.
(29) Dios está en todo lo que veo.
Tras cada imagen que he forjado, la verdad permanece inmutable. Tras cada velo que he corrido sobre la faz del amor, su luz sigue brillando sin menoscabo. Más allá de todos mis descabellados deseos se encuentra mi voluntad, unida a la Voluntad de mi Padre. Dios sigue estando en todas partes y en todas las cosas eternamente. Y nosotros, que somos parte de Él, habremos de ver más allá de las apariencias, y reconocer la verdad que yace tras todas ellas.
(30) Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente.
En mi propia mente, aunque oculto por mis desquiciados pensamientos de separación y ataque, yace el conocimiento de que todo es uno eternamente. Yo no he perdido el conocimiento de Quién soy por el hecho de haberlo olvidado. Ha sido salvaguardado para mi en la Mente de Dios, Quien no ha abandonado Sus Pensamientos. Y yo, que me cuento entre ellos, soy uno con ellos y uno con Él.
(31) No soy víctima del mundo que veo.
¿Cómo puedo ser la víctima de un mundo que podría quedar completamente des-hecho si así lo erigiese? Mis cadenas están sueltas. Puedo desprenderme de ellas sólo con desearlo. La puerta de la prisión está abierta. Puedo marcharme en cualquier momento sólo con echar a andar. Nada me retiene en este mundo. Sólo mi deseo de permanecer aquí me mantiene prisionero. Quiero renunciar a mis desquiciados deseos y caminar por fin hacia la luz del sol.
(32) He inventado el mundo que veo.
Yo mismo erigí la prisión en la que creo encontrarme. Basta con que reconozca esto y quedo libre. Me he engañado a mi mismo al creer que era posible aprisionar al Hijo de Dios. He estado terriblemente equivocado al creer esto, y ya no lo quiero seguir creyendo. El Hijo de Dios no puede sino ser libre eternamente. Es tal como Dios lo creó y no lo que yo he querido hacer de él. El Hijo de Dios se encuentra donde Dios quiere que esté y no donde yo quise mantenerlo prisionero.
(33) Hay otra manera de ver el mundo.
Dado que el propósito del mundo no es el que yo le he asignado, tiene que haber otra manera de verlo. Veo todo al revés y mis pensamientos son lo opuesto a la verdad. Veo el mundo como una prisión para el Hijo de Dios. Debe ser, pues, que el mundo es realmente un lugar donde él puede ser liberado. Quiero contemplar el mundo tal como es y verlo como un lugar donde el Hijo de Dios encuentra su libertad.
(34) Podría ver paz en lugar de esto.
Cuando vea el mundo como un lugar de libertad, me daré cuenta de que refleja las leyes de Dios en lugar de las reglas que yo inventé para que él obedeciera. Comprenderé que es la paz, no la guerra, lo que mora en él. Y percibiré asimismo que la paz mora también en los corazones de todos los que comparten este lugar conmigo.
(35) Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.
A medida que comparto la paz del mundo con mis hermanos empiezo a comprender que esa paz brota de lo más profundo de mismo. El mundo que contemplo ha quedado iluminado con mi la luz de mi perdón y refleja dicho perdón de nuevo sobre mi. En esta luz empiezo a ver lo que mis ilusiones acerca de mi mismo ocultaban. Empiezo a comprender la santidad de toda cosa viviente, incluyéndome a mi mismo, y su unidad conmigo.

35 primeras lecciones del entrenamiento mental de UCDM
para el deshacimiento de la percepción humana

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