Páginas

viernes, 24 de abril de 2009

Pasajero

Toma la actitud de un viajero en la conciencia: estás viajando y todo es impermanente.

No eres un turista vagamundo, todos los lugares te pertenecen; todos los espacios son mutuamente incluyentes, y no hay una localización desde la que no puedas ver pasar el Universo entero frente a ti. No eres un viajero porque vayas o vengas de un sitio conocido a otro desconocido, sino porque permaneces donde cada paisaje se renueva en la fuente del Presente Continuo, todo se disuelve en tu Ser, que yace en el lugar donde todo el tiempo está ocurriendo todo el Tiempo.


No eres un viajero porque te desplaces, sino porque estás en equilibrio sobre las confluencia del Tiempo. Ahí, estás inmóvil sobre la Gran Corriente del Océano de la Conciencia, surfeando en el Ahora: el tiempo es una alfombra que se desenrolla bajo tus pies desnudos. Estás en una quietud inmarcesible, y por eso nada te detiene a ser Uno en todas partes del mundo

Toma el ánimo de un pasajero, no vas a volver a ver esto como fue ayer. Porque lo Recuerdas todo Ahora tal como fuE-s

Conviértete en el Cielo



Conviértete en cielo

En este nuevo amor… muere

Tu camino empieza en el otro lado

Conviértete en cielo

Golpea el muro de la prisión

Escapa

Huye como alguien que de repente se sumerge en el color

Hazlo ahora

Estás cubierto con espesas nubes

deslízate al otro lado

Muere.... estate quieto

La quietud es el signo inequívoco de que has muerto

Tu antigua vida era frenética corriendo desde el silencio

La luna silenciosa sale


Mevlana Jalaluddin Rumi


Gracias por tu infinito alcance

El viaje del peregrino querúbico

"Me llamo Johannes Angelus Silesius. Una vez vi al diablo y tuve miedo. No tenía una forma infernal, no era un macho cabrío andando a dos patas, ni una figura envuelta en llamas con rabo y tridente. Más bien tenía rasgos familiares y una silueta que me recordaba… a mi madre. Sí, era como mi madre, pero con los ojos de un enemigo que medita. Fueron esos ojos los que me estremecieron. Escondían el tormento de la desesperanza y la falta absoluta de amor, la guerra y la crispación del mundo. Esa visión me condujo a un profundo abismo, pero tuve la suerte de encontrar en ese abismo la ternura de Dios.

Sin amor nada tiene sentido, con amor tiene sentido la nada. Eso fue lo que aprendí. Entendí que era necesario luchar, que si no se le hace caso al amor, se muere de frío. Que el pecado se acompaña de tumulto, y en el silencio está la humildad y la sabiduría del que busca una sola cosa. Aquella visión me enseñó a la bestia, pero también el camino de su derrota, que no es otro que la transformación de bestia en hombre, y de hombre en ser angélico. Esta es la peregrinación del alma, el camino del ser angélico, la transformación que nos conduzca a la contemplación de Dios. Este era el milagro, que el lodo une a Dios con el hombre. Que el corazón es el reino, el corazón es el templo, el corazón es un sepulcro viviente. El fruto es la belleza, una rosa mística que crece aquí y ahora y siempre, rodeada de espinas, sangrando sin marchitarse en las penas.

El amor debe ser la senda y el epitafio. La llave para saber que nada es imperfecto, que una rana es tan bella como un ángel. Desde mi ordenación como sacerdote jesuita, mi vida se ha basado en la búsqueda contemplativa de Dios, reposar en la acción es la vía de la santidad. Me dediqué a escribir obras para educar en la fe, pero de todas las poesías de mi alma iluminada, me quedo con las ideas que tuvo mi corazón en su viaje hacia Dios. Un viaje que toda alma debería hacer. El viaje del peregrino querúbico. Este libro que edité hace dos años, es el libro que recoge toda mi vida. Es mi legado de amador seráfico que proclama los santos deseos del amor para aquellos lectores que intentan inflamar santamente su corazón de Dios. Pero al final me cansé de escribir. Amigo, basta ya!, si quieres leer más ve y conviértete tú mismo en la escritura y la esencia. "

La divina ternura de Angelus Silesius (1624-1677)

Me encuentro siempre



La noche y el caos forman parte de mi.
Me remonto al silencio de las estrellas.
Soy el efecto de una causa del tiempo,
del Universo [quizás lo excedo].
Para encontrarme, debo buscarme entre las flores,
los pájaros, los campos y las ciudades,
en los actos, las palabras y los pensamientos de los hombres,
en la noche del sol y las ruinas olvidadas de mundos hoy desaparecidos.
Cuanto más crezco, menos soy.
Cuando más me encuentro, más me pierdo.
Cuanto más me pruebo, más veo que soy flor
y pájaro y estrella y universo.
Cuanto más me defino, menos límites tengo.
Lo desbordo todo.
En el fondo soy lo mismo que Dios.
Mi presencia actual contiene las edades anteriores a la vida,
los tiempos más viejos que la tierra,
los huecos del espacio antes de que el mundo fuera.

Fernando Pessoa

...Me encuentro en todas partes

Contemplar su Templo

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré?

Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor.
David