Para que puedas completar cada secuencia, y completar el ciclo, lo fundamental es que vuelvas a las lección básica: no reacciones porque no sabes lo que significa. De hecho si sabes lo que significa, si lo vuelves a hacer familiar, regresarás automáticamente al principio del ciclo, empujado por la inercia natural de la rueda khármica. Pero el kharma no existe o se desvanecerá, si no vuelves a hacer lo mismo para conseguir un resultado diferente. Sólo es un error si lo repites.
Tu dolor de cabeza, esa profunda tristeza, la absorbente añoranza, el vacío existencial de no saber para qué coño estás haciendo lo que estás haciendo, el hastío de percibir otra vez la misma estupidez, el horror de volver a despertarte en el mismo día que ayer, la insatisfacción de haber conseguido lo que creías que te satisfaría, las indeseables rutinas que te excitan, los celos por lo que no amas, trabajar para subsistir en una existencia en la que no quieres sobrevivir. No poder ser tú. Vivir en el mundo de los demás. La infelicidad de no saber por qué lo piensas. Pensar que no eres feliz.
Todo eso se acaba cuando destruyes tu certeza y cada argumento que la justifica. ¿Qué? Pensabas que iba a ser una fórmula mágica? Pues sí, es la misma magia con la que te has convencido de que la basura tiene buen sabor y alimenta: por repetición
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