Cuando sueltas las manos, te das cuenta que no hubo nada a lo que aferrarte.
Cuando amas totalmente sin razón, te das cuenta que no hubo algo o alguien aparte a quien amar.
Cuando abandonas tu mente y te rindes a la energia-pensamiento, que te regresa, te das cuenta que no hubo ni tiempo-mundo-cuerpo, ni algo que se da cuenta.
Simplemente la belleza del Ser en pura dicha y reconocimiento consigo mismo.
Cuando amas totalmente sin razón, te das cuenta que no hubo algo o alguien aparte a quien amar.
Cuando abandonas tu mente y te rindes a la energia-pensamiento, que te regresa, te das cuenta que no hubo ni tiempo-mundo-cuerpo, ni algo que se da cuenta.
Simplemente la belleza del Ser en pura dicha y reconocimiento consigo mismo.
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