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martes, 12 de mayo de 2009

Medita así


Tienes que considerar atentamente esto: de la misma manera que el que ve un jarrón es distinto del jarrón mismo, y de ninguna manera se identifica con él, así yo, que veo el cuerpo burdo, no soy este cuerpo. De la misma manera debes reconocer que se llega a la siguiente conclusión: yo, que soy testigo de los órganos sensoriales..., no soy esos mismos órganos.

Medita pues así: yo no soy ni la mente, ni el intelecto, ni tampoco la fuerza vital del cuerpo...ni tampoco su combinación. Discrimina claramente y con inteligencia que el Testigo-Vidente es distinto de todo lo que es objeto de percepción.

Medita así: Yo soy Eso ante cuya presencia todos aquellos entes inertes como el cuerpo, los sentidos, etc., se vuelven capaces de producir actividad de manera dependiente.

Medita así: Yo soy Aquel que por naturaleza carece de todo cambio, y, siendo el interior (de todo), impulsa al intelecto y a las demás funciones al movimiento...

Medita así: Yo soy Aquel gracias a cuya vecindad el cuerpo, los sentimientos y las fuerzas vitales, aunque inertes por sí mismos, parecen dotados de conciencia como el Sí Mismo.

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