Lo más fascinante de la enseñanza del Perdón según Un Curso de Milagros, es el escape del espacio-tiempo por la vía que nadie se atreve a encarar: el cuarto oscuro, el caudal de los desechos, la cloaca de la existencia, tu almacén de desperdicios: donde las proyecciones fantasmagóricas de tu ego se reflejan: en tu cara oculta: Los otros
Los otros son los que no son tú: tu inconsciente. Lo que no quisieras reconocer, lo que prefieres negar de ti escondiéndolo bajo la alfombra de las creencias (la moralidad) y la percepción. Ya no puedes decir que eres inconsciente de algo en ti, porque el otro te lo está mostrando.
El reconocimiento honesto de que no hay más que exclusivamente tú mismo pensando a los demás -creándolos, te deja inerme. Sin defensas.
- Pero es que tú, es que tú me has hecho... no, no, espera. Si, si ya lo entiendo: tú me has hecho, aunque no me lo has hecho tú sino que yo he pensado que tú me lo hacías al pensar que yo no era...
Ssssshh... No hay Nadie. Estás solo porque las personas no son ni más ni menos lo que tu deseas que sean; el mundo es un efecto intangible de tus pensamientos concretos.
Afuera de la minúscula persona que almacena diferencias, nombres y memorias, hay un Universo multidimensional interconectado y transformándose, pero no lo puedes ver: percibes que no te afecta y que puedes aislarte con tus pensaMientos. Estás afectándolo todo con tus ideas: No eres el único en nada: por eso eres solo Tú el que se lo está haciendo todo a si mismo: al Universo que te pertenece.
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