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sábado, 19 de marzo de 2011

Los Siete Rayos

Hace casi un siglo, Alice Bailey empezó a transcribir las enseñanzas de su maestro, Djwal Kool, “el Tibetano”. Dicho maestro le reveló la estructura de todo el universo conocido y desconocido en función de Siete Rayos de cualidades bien concretas. Dichos rayos además de estar presentes en los objetos “inanimados” también determinan los campos de tu personalidad agregada, tu campo mental, emocional y físico. Además de describir las características de estos cuatro campos, va más allá y afirma que tu Alma individual también se ve afectada por la cualidad de un rayo concreto lo cual guarda una relación directa con tu propósito individual.

Rayo I: Voluntad y Poder

Al Primer Rayo se le denomina de Voluntad o Poder porque los seres que pertenecen a él llegan al Poder a través de su fuerza de voluntad. El sendero de este Rayo es el más rápido pero también el más difícil. Hay muy pocos seres humanos actualmente que expresen las cualidades de este rayo porque muy pocos serían capaces de resistir la tremenda energía que supone la expresión del primer Rayo en su estado puro. El hombre de Primer Rayo es un líder, y siempre se le encuentra al frente de la actividad que ha decidido emprender. Es un destructor de las formas cristalizadas. El método característico es la fuerza de voluntad. Estos seres son capaces de "conquistar el cielo por la violencia".

Rayo II: Amor y Sabiduría

El método de este rayo es el de reunir o juntar. Es el Rayo de la dualidad y en él se sintetiza el Amor y la sabiduría. El hombre de este Rayo siempre tiene deseo de adquirir conocimiento puro, independiente del conocimiento adquirido, por eso su mente siempre está dispuesta a escalar nuevas cimas para conseguir más comprensión, más sabiduría. Si no hay amor se vuelve frío y egoísta. Y si falta voluntad es inactivo. La fusión del amor y la sabiduría proporcionan al hombre del Segundo Rayo una inteligencia clara, y facilidad para enseñar a los demás su visión sintética.


Rayo III: Inteligencia Activa

Este es el rayo del pensador abstracto. Rige la filosofía, las matemáticas, la metafísica y también la Astrología. Mediante la imaginación captan la esencia de la verdad; son idealistas, impulsivos, soñadores y teóricos. El hombre de este Rayo debe estar en continuo movimiento y creación cuidando de realizar todo de forma desinteresada. Suelen ser poco prácticos y les encanta regodearse en sus propias acciones y creaciones. Los individuos del tercer Rayo descubren el sendero a través de reflexiones filosóficas pero lo recorren mediante una actitud de entrega y servicio a los demás. 


Rayo IV: Armonía a través del conflicto

Este es el Rayo de la lucha y la inestabilidad porque en él están presentes las cualidades de la actividad y de la inercia. Cuando rige la inercia la persona se siente atraída por las comodidades, arrastrándola a un estado de dejadez. Mientras que cuando están bajo la actividad se convierten en personas de gran valor, efectivas e intuitivas. Suelen crearse situaciones de mucha tensión como consecuencia del enfrentamiento de los pares de opuestos, pero son estas dolorosas experiencias las que les llevan a una rápida evolución. Las personas de Cuarto Rayo aman la belleza, la armonía, el color. Son personas sensibles y cariñosas, pero los continuos cambios de humor hace que algunas veces resulte difícil convivir con ellas.

Rayo V: Conocimiento concreto

Es el rayo de la mente concreta, de la investigación científica. Los individuos de este Rayo aman los hechos. A pesar de que su punto de vista suele ser estrecho, les gusta actuar con lógica. Su principal problema es la rigidez mental, por ello es importante para él aprender a estudiar las cosas libre de todo juicio preconcebido y aceptando el resultado tal y como es. El individuo de este Rayo es el más materialista de todos. El hombre de Quinto Rayo debe aplicar el conocimiento para adquirir fuerza interna y confianza en sí mismo. La disciplina interna y externa le aportan autoconfianza. El método para recorrer el Sendero es a través de la confianza en los demás y en sí mismo. 

Rayo VI: Devoción e Idealismo

El efecto de la actividad de este Rayo durante los últimos dos mil años ha sido entrenar a la humanidad en el arte de reconocer los ideales. A los ojos de las personas de este Rayo todo es perfecto o desastroso; es muy extremista. Sus fines humanitarios les empujan a sacrificarse. Son románticos, y necesitan entregarse a una causa. No son estadistas ni científicos, pero pueden ser magníficos poetas, amantes del arte, o grandes instructores cuando reconocen que sus cualidades pueden ser útiles a los demás. Les gusta pasar desapercibidos y cuando alguien les da una responsabilidad son cumplidores y efectivos. Los individuos de este Rayo recorren el sendero mediante la entrega y el servicio a los demás. 

Rayo VII: Magia y Orden Ceremonial

El hombre de este Rayo se deleita por todas las cosas realizadas en forma decente y ordenada. Se sienten motivados por todo lo que es noble, digno, ordenado. Su meta es hacer lo más conveniente y pronunciar la palabra correcta en el momento oportuno. A pesar de querer aparentar gran fuerza y suficiencia carecen de autoconfianza. Son grandes idealistas y sienten un profundo respeto por la libertad de las personas que junto a ellas conviven. Las personas del Séptimo Rayo son mentalmente abiertas, y aunque les cuesta reconocer sus errores suelen ser dóciles y predispuestas a cambiar su forma de pensar. Algunas virtudes características de los que pertenecen a este rayo son: el poder para crear orden, ritualismo y ceremoniosidad, sentido del tiempo y del ritmo y poder para coordinar grupos

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