No saben cómo ayudarnos. Nos han enviado una sola Voz entre la maleza y la hemos cubierto de espinas. Nos han dado la Palabra para compartirla y la hemos corrompido intentando retenerla. Pero se nos ha mostrado la pureza del corazón y la fortaleza de la mente. El poder inquebrantable de la voluntad. Todo. Todo sin excepción ha sido revelado frente a los ojos que no ven nada. El Dios informe ha tomado innumerables rostros para demostrarnos lo insignificante de los continentes. Los ángeles se han adelantado a cada uno de nuestros pasos para guiarnos más allá de este mundo. Los Maestros han descendido incansablemente para liberarnos de nuestros caminos tortuosos, que nos han devuelto de forma incesante al polvo y a la nada.
Ya no saben cómo ayudarnos. Y sin embargo, no hay urgencia, no nos han dado un ultimátum. Nadie nos va a reprender por nuestra tozudez, por la amnesia temporal, por esta ceguera voluntaria. Él aún permanece inamovible en cada cosa que tocamos, es esencial en cada pensamiento que creamos. Vive justo aquí aguardando sin invadir la relación, el espacio que no nos hemos atrevido a conquistar, donde nuestras armas son como flores de papel.
Hay alguien que sabe lo que hay hacer, que puede enseñarnos lo que todavía no hemos hecho nunca, que sabe como alcanzar lo que en verdad anhelamos. Hay quien nos conoce en Realidad. Esos Hermanos mayores nos dicen: sabremos esperar con paciencia infinita: hemos recordado nuestro destino común. Y siempre compartiremos con vosotros lo único que es indeformable, lo que no es posible amenazar, ni hay necesidad de defender. Esperamos nuestra reunión inevitable y tenemos la total certeza que reconocerás definitivamente el Amor que nos une.
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