Páginas

lunes, 7 de diciembre de 2009

No permitas que la teología te retrase.

Este no es un curso de especulación filosófica, ni está interesado en una terminología precisa. Se orienta únicamente hacia la Expiación o corrección de la percepción. El medio de la Expiación es el perdón. La estructura de la "conciencia individual" es esencialmente irrelevante, puesto que es un concepto que representa el "error original" o "pecado original". Estudiar el error en sí no conduce a la corrección, si es que en efecto quieres tener éxito en poder pasarlo por alto. Y es precisamente este proceso de pasar por alto lo que el curso se propone enseñar.

Todos los términos son potencialmente polémicos, y quienes buscan controversia la encontrarán. Mas quienes buscan clarificación, también la encontrarán. Deben estar dispuestos, no obstante, a ignorar la controversia, reconociendo que es una defensa contra la verdad que se manifiesta en forma de maniobras dilatorias. Los argumentos teológicos como tales son necesariamente polémicos, ya que dependen de creencias, y, por lo tanto, pueden ser aceptados o rechazados. Una teología universal es imposible, mientras que una experiencia universal no sólo es posible sino necesaria. Alcanzar esa experiencia es lo que el curso se propone. Sólo cuando ésta se alcanza es posible la consistencia porque sólo entonces se acaba la incertidumbre.

Este curso opera dentro del marco de referencia del ego, pues ahí es donde se necesita. No se ocupa de lo que está más allá de todo error, ya que está planeado únicamente para fijar el rumbo en dirección a ello. Por lo tanto, se vale de palabras, las cuales son simbólicas y no pueden expresar lo que se encuentra más allá de todo símbolo. El ego es el único que pregunta, puesto que es el único que duda. El curso simplemente ofrece otra respuesta, una vez que se ha planteado una pregunta. Dicha respuesta, no obstante, no recurre a la inventiva o al ingenio. Ésos son atributos del ego. El curso es simple. Tiene una sola función y una sola meta. Sólo en eso es totalmente consistente, pues sólo eso puede ser consistente.

El ego exigirá muchas respuestas que este curso no provee. El curso no reconoce como preguntas aquellas que sólo tienen la apariencia de preguntas, pero que son imposibles de contestar. El ego puede preguntar: "¿Cómo sucedió lo imposible?", "¿A qué le ocurrió lo imposible?", y lo puede preguntar de muchas maneras. Mas no hay una respuesta para ello; sólo una experiencia. Busca sólo ésta y no permitas que la teología te retrase.

Notarás que el énfasis que el curso pone en las cuestiones estructurales es muy breve y sólo tiene lugar al principio. Dicho énfasis desaparece muy pronto para dar paso a la enseñanza central.

Clarificación de términos.
Un Curso de Milagros

1 comentario:

Llibert dijo...

ARRAGES101161Hola que tal?. he aparecido por aqui por casualidad (quizas mejor por causalidad), llevo conmigo desde hace años ese libro, y aunque torpemente, con titubeos constantes,lo reconozco como una gran verdad.
felicidades por el blog
Un abrazo a todos, y a seguir caminando

Llibert