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miércoles, 2 de septiembre de 2009

Vislumbres

El vislumbre que uno obtiene es producto de la desidentificación total. Lo que ocurre es que hay estados en los que no hay un "tú" que esté presente, pero cuando no hay un "tú" presente, no hay un "tú" para experimentar ese estado. La experiencia de la presencia del "no-tú" se produce posteriormente. Entonces dices: "Tuve esa experiencia". Pero esa "experiencia" fue en realidad tu ausencia. Cuando vuelve tu presencia relativa, transmite a ese espacio de ausencia cualidades basadas en su contexto y cultura espiritual. El vislumbre mismo no tiene cualidad. No puede ser conocido por un "yo"...

La no-dualidad es el estado por omisión. El estado de dicha (la idea de ausencia de problemas) viene a continuación. Y por eso personas de distintas culturas, de diferentes épocas, de distintos trasfondos religiosos lo describen en términos diferentes, porque la capa que ponen encima de la experiencia es la capa de su condicionamiento. Pero la experiencia misma, la ausencia de experimentador, es la ausencia de mecanismo cuerpo-mente que experimente...

Cuando tienes un vislumbre, el único modo en que puedes saber que lo has tenido es llevarlo a lo fenoménico... Si "sabes" que estás en ello... ¡No estás!...

Nadie está iluminado. Cualquier experiencia de comprensión me ocurre a mí, y ningún yo puede estar iluminado. Toda experiencia es fenoménica... Esta experiencia de unidad o unión, que seguro que has tenido, es en realidad tu ausencia... Sólo cuando tú reemerges, acaba esa ausencia. Tú eres los paréntesis al comienzo y al final de la ausencia. Cuando se la pone entre paréntesis, la ausencia es cuantificada como "algo", un suceso, una experiencia.
Para el sabio no hay paréntesis final. No vuelve a recuperar el sentido de un "yo" personal para poner paréntesis a la ausencia y hacerla conocible. Así, se puede decir que el sabio no sabe que está iluminado.
Wayne Liquorman
Del no-saber


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