La visión del conocimiento cada vez es más débil.
El deseo de saber ya sólo lo colma lo Inefable. Mi mirada quema los pensamientos que se interponen entre tú y yo. Y sólo queda en el aire un suspiro de haber respirado aquí, que también se desvanece...
Y es que apenas me quedan recursos físicos para dialogar. Si me conozco no sé qué decir, si te reconozco te oigo antes de que hables.
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