No soy un cuerpo, por ello estoy encarnado. Dios mismo está encarnado gracias a ti. Pero la paradoja, el quit de la cuestión es que, para Saber Eso tienes que Conocerte no-como-un-cuerpo. ¿No es extraño para una identidad humana? Tú estás preparad@ para comprenderlo. De veras.
Mi pasión por llevarte a esa comprensión no tiene parangón en tu mente, aún. Ven, y el gozo de la Fuente de tu Belleza cegará tus ojos, y vislumbrarás lo desconocido...
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