Si quieres dejar de dudar el camino más directo es no cuestionar a nadie.
La certeza te halla al no desear albergar desconfianza sobre las actitudes, y las decisiones de los que te acompañan como testigos de la impecabilidad de tu propia Función.
Míralo así: si todos vamos en la misma nave, sembrar desconfianza es obligar a que los otros duden de sí mismos y de todos los lugares que ocupan los demás. ¿Y quién es el que quiere que cunda el pánico dentro del mismo navío, al compartir la duda de que hay caos porque algo no está funcionando bien? Los alienígenas noo, ¡tu enemego!
Ocupa tu puesto con responsabilidad y los demás al reconocer tu impecabilidad, verán brillar la suya
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