No puedes purificarte a ti mismo, porque no te corresponde a ti evaluar los medios ni valorar qué es útil y qué no lo es.
Sólo al volver a vincularte plenamente con la Luz te dará el conocimiento específico para reestablecer tu relación con la Luz.
Lo que importa es lo que sale de la boca, no lo que entra. Ser determinante en no hablar mal ni enaltecer a nadie, es un buen comienzo. La autocrítica o evaluar a los demás es algo propio del ego, para aliviar tu sensación de falta de equilibrio, disociación de la luz y culpabilidad por ello. Pero la medida con la que (te) juzgues nunca será la justa, porque no depende de ti, ponerte valor a ti mismo o a los demás. Todo vale lo mismo, aunque pueda tener diferente importancia (prioridad)
Todo en la Creación es lo mismo, por eso nada tiene mayor importancia
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