Jesús en The Way of Mastery expresa que muchas veces hemos trascendido patrones de pensamiento pero que la mayoria de veces no los hemos perdonado.
En otras palabras, podemos reconocer que un comportamiento o una actitud ya no está en nosotros, pero que aún nos exaspera, nos incomoda, nos hace enfadar... Esto es que la juzgamos (como buena o mala!). Hay, por consiguiente, una atracción por la culpabilidad.
Recuerda que todos las actitudes y sus consecuentes patrones de conducta, se mantienen por una ley de atracción-rechazo, un magnetismo que nos hace sentirnos con afinidad u oposición, por lo que el pensamiento estereotipo que yace tras la actitud se mantiene vigente.
Ese pensamiento está en nosotros trascendido porque ya no forma parte de nuestro comportamiento, pero no lo hemos mirado todavía con la completa responsabilidad para que el Perdón lo haya disuelto. Trascender comportamientos u actitudes corresponde a nuestra intención personal, a un esfuerzo continuo a superarlo, sin embargo el Perdon, todo y que debe ser nuestra única voluntad individual, no es resuelto por nuestros propios recursos personales. Como no amas por ti mismo, no perdonas por ti mismo. El Perdón disuelve el problema, trascender resuelve el problema, porque aún lo reconoce.
Alguien que ha perdonado recuerda el pensamiento, pero no la experiencia. Recuerda qué es un mango, pero no recuerda cuál es su sabor.
Tú, como pura conciencia del Espíritu Santo, recuerdas el mundo, pero no tiene experiencia de él.
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