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lunes, 21 de septiembre de 2009

TAO


Hay algo de indeterminado antes del nacimiento del universo.
Ese algo es mudo y vacío.
Es independiente e inalterable.
Circula por todo lado sin descanso.

No conociendo su nombre, lo llamo "Tao".

El hombre imita la tierra.
La tierra imita el cielo.
El cielo imita el Tao.
El Tao no tiene otro modelo que él-mismo.

El Tao que se intenta aprehender no es el Tao en sí mismo;
El nombre que se le quiere atribuir no es el nombre adecuado.

Sin nombre, representa el origen del universo;
Con un nombre, constituye la madre de todos los seres.

Por el no-ser, tomemos su secreto;
Por el ser, abordemos su acceso.

Mirando, no se lo ve, se lo nombra invisible.
Escuchando, no se le escucha, se lo llama el inaudible.
Tocándolo, no se lo siente, se le nombre el impalpable.

El Tao es algo de reahuyente y de no aprehensible.
Ahuyente e no aprehensible, presenta sin embargo alguna imagen,
No aprehensible y ahuyente, es sin embargo algo.

El Tao él mismo no actúa,
Y por tanto todo se hace a través de él.

Perpetuo, no puede ser nombrado,
Así pertenece al reino de las sin-cosas.

Es la forma sin forma y la imagen sin imagen.
Se ahuyenta y no es aprehensible.

Fragmento del Tao Te King


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